lunes, 10 de noviembre de 2014

Deséame

¿Nos habéis echado de menos? Yo creo que sí.

Y gracias a esa aclamación y elogios que hemos estado recibiendo, pues hemos decidido volver para seguir divirtiéndoos y sobretodo ilustrándoos sobre vuestro tema favorito. El sexo.

Y cómo queremos retomarlo piano piano…pues un tema light para comenzar, pero por ello no menos importante.






El deseo. Clave en cualquier encuentro sexual, sin él, el sexo pasa a ser aburrido y monótono y se convierte en el (no se suele reconocer) motivo de una ruptura, aunque os guste más un “ya no siento lo mismo” en vez de un “mira es que no me pones”, por aquello de la elegancia y el tacto.

¿A quién no le gusta sentirse deseado? Esa sensación de saber que alguien te desea, de convertirte en el centro de su deseo,  siempre desde un deseo sano, por supuesto, hace que tu autoestima se dispare y el morbo se multiplique.



Puede ser muy excitante si este deseo se va cocinando poco a poco, si se sabe jugar con él, si en cambio se pasa a un encuentro rápido para simplemente acabar con las ganas, ese deseo se irá perdiendo con el tiempo.

 Por ello, os aconsejamos chicas y chicos, que juguéis vuestras cartas para aumentar el morbo y la excitación  a la hora de la verdad. Jeje.

No confundamos el deseo con el ‘me tiro a todo lo que se mueve’, tampoco es eso.  

De hecho el deseo previo a un encuentro sexual no se suele dar tan a menudo como la gente cree, no toda persona a la que conoces y con la que tienes la intención de tener algo más que palabras (y obvio no hablamos de violencia) no despierta ese deseo intenso en ti, que en otras ocasiones si se ha dado, y lo sabes, pero con tal de mojar… ya se despertará el deseo durante, ¿no?. Pues seguro que sí, pero el encuentro no será ni tan intenso ni tan esperado sino ha existido ese deseo previo.





Lo dicho, el deseo es como un fuego, como una hoguera a la que hay que ir alimentando con calma, poco a poco, con juegos, gestos, palabras…




Y ahora, en Infórmesexxx os queremos pedir que nos contéis alguna situación en la que os habéis sentido especialmente deseados por alguien, o si por el contrario habéis sido vosotros los que el deseo por alguien os ha invadido... ¡Contadnos!